Quiero comentarles todas las propiedades y virtudes del ajo para que a pesar de su desagradable olor lo consuman más a menudo.
La mayor parte de sus efectos terapéuticos se deben a una de las sustancias activas que se llama alicina y pese a su olor, el ajo da sabor a diferentes platillos y ayuda a numerosas enfermedades por ejemplo:
- Previene el endurecimiento de las arterias
- El ajo es un antiagregante plaquetario, por lo que evita la formación de coágulos, gracias al ajoeno que es una de sus sustancias activas
- Fluidifica la sangre y reduce el envejecimiento arterial.
El ajo es una magnífica fuente de selenio, que es un mineral de reconocidas propiedades antioxidantes por lo que frena el envejecimiento celular.
Si padeces de colesterol alto, prueba el ajo, ya que varios estudios han demostrado que baja los niveles de colesterol y también de glucosa, por lo que igual beneficia a las personas diabéticas.
Si tienes el problema de presión alta, podrías complementar tu tratamiento tomando ajo, ya que diversas investigaciones han puesto de manifiesto su acción hipotensora, y te ayudaría a un mejor control.
Funciona como un antibiótico, ya que la alicina inhibe el crecimiento de gérmenes patógenos, previene los resfriados, actúa contra la tos, ayudando a que fácilmente salga las flemas..
Esta acción sobre el sistema respiratorio se debe al aceite esencial del ajo, cuyas sustancias volátiles se eliminan por la respiración. Además también desempeña una acción antiinflamatoria sobre los alvéolos pulmonares.
Para que puedas consumir el ajo y aprovechar todas sus propiedades curativas, te voy a dar una receta de un jarabe que tiene buen sabor y es fácil de preparar:
- jugo de 4 limones
- 3 dientes de ajo medianos
- ¼ de una cebolla
- 4 Cucharadas de miel
Se pica el ajo y cebolla y lo dejas reposar en el jugo de limón durante toda la noche, al día siguiente lo licuas y después le pones 4 cucharadas de miel y listo. Las personas diabéticas no le pongan miel. Este jarabe se puede tomar una cucharada cada 4 horas.
Ahora si lo prefieres, puedes consumir un diente de ajo diario como si fuera una pastilla y no tengas miedo de su olor porque no se va a notar ya que es una dosis pequeña, pero suficiente para protegerte.