El cáncer es el resultado de factores genéticos, ambientales y del estilo de vida. Casi el 80 % de los casos se diagnostican en personas mayores de 50 años.
Normalmente las células del organismo crecen y se reproducen de manera ordenada y cada una de ellas desempeña una función específica. El contraste las células cancerosas proliferan rápidamente sin seguir ningún patrón establecido, es una multiplicación incontrolable de una célula anormal. Las células enfermas, al copiarse en forma continua, forman tumores que oprimen, invaden o destruyen el tejido normal.
Si las células del tumor se separan pueden viajar por la corriente sanguínea o el sistema linfático hacia otras zonas del cuerpo. En estos nuevos sitios pueden formarse tumores y continuar su desarrollo en un proceso llamado metástasis
Si en tu familia hay antecedentes de cáncer es importante que practiques los siguientes hábitos, porque ya se ha comprobado que la herencia genética solo influye en un 5 a 10% y los hábitos de vida influyen un 75% aproximadamente.
1.- Dieta
La alimentación puede ser arma de dos filos; te puede desencadenar el cáncer o lo puede prevenir, por lo que debes evitar las grasas trans (margarinas y comidas procesadas en especial galletas, pasteles y cualquier alimento que tenga en su etiqueta parcialmente hidrogenado).
Las frutas y las hortalizas son el alimento anticancerígeno más efectivo. Cientos de rigurosas investigaciones realizadas en todo el mundo, han puesto de manifiesto que el consumo abundante de frutas evita la mayor parte de los tipos de cáncer que afecta a los seres humanos
La fibra que proporciona los cereales integrales acelera el tránsito intestinal. Además retiene y arrastra las sustancias cancerígenas que pudiera haber en el tracto digestivo y las elimina por las heces.
El yogur, al contrario de lo que ocurre con la leche, cuyo consumo se relaciona con diversos tipos de cáncer, el yogur protege contra esta enfermedad especialmente contra el cáncer de mama. Su contenido en bacterias vivas del tipo “bio” y ácido láctico explican en parte su efecto protector.
Las crucíferas (col, coliflor, brécol y rábano) contienen diversos elementos fitoquímicos de tipo sulfuroso, cuya acción anticanceroso ha sido bien demostrada en animales de experimentación. Este efecto persiste aun cuando hayan sido cocinadas.
Te recomiendo que consumas el aceite de oliva ya que reduce el riesgo de padecer cáncer de mama, cuando sustituyes a otras grasas alimentarias.
Las legumbres en general protegen contra el cáncer por su contenido en fibra y elementos fitoquímicos anticancerígenos como el ácido fítico y los fitatos.
Tanto la soja como sus derivados, especialmente el tofu y la leche proporcionan diversos elementos fitoquímicos de acción anticancerígena. Los más eficaces son las isoflavonas genisteína y daidzeína que protegen sobre todo contra el cáncer de mama y próstata.
2.- Beba más agua
El agua ayuda a diluir las toxinas que causan el cáncer y acelera su expulsión del cuerpo. En un estudio los hombres que bebieron al menos un litro de agua al día tuvieron un riesgo 92% menor que los que bebieron 300 ml o menos.
3.- Ejercicio
Practique el ejercicio físico en forma continua, los estudios indican que las mujeres que se ejercitan al menos 4 horas a la semana reducen el riesgo de cáncer de mama en 37% comparado con las menos activas. Además el ejercicio ayuda a eliminar el peso extra que también es un riesgo para adquirir cáncer.
4.- Limite el consumo de alcohol
El consumo excesivo de alcohol, aumenta el riesgo de algunos cánceres. Demasiado alcohol está vinculado con un mayor riesgo de cáncer de mama.
5.- No fume
Existen correlaciones claras entre el hábito de fumar y el cáncer de pulmón o vejiga urinaria por la formación de radicales libres y la acción tóxica directa de los alquitranes del tabaco, más presentes en el papel que envuelve el cigarrillo que en el tabaco en sí, aunque ambos sean tremendamente nocivos. Si dejas de fumar el riesgo de cáncer pulmonar se reduce a la mitad en 10 años.
6.- Antioxidantes
La vitamina C y los flavonoides (sustancias protectoras vegetales) protegen contra los cánceres de útero, pulmón, boca, esófago, páncreas y estómago. La vitamina E y los compuestos de la semilla de linaza llamados lignanos, protegen contra el cáncer de mama, colon y próstata. El selenio y te verde tienen efecto protector.
7.- Obesidad
Perder esos kilos que tienes de más te va ayudar a estar sana más tiempo. Se ha demostrado que el cáncer de mama es más común entre las mujeres con sobrepeso que entre las más delgadas.